El Mono Empalado 10
Cuando apreció la moda del LSD, Hans pensó que encontraría respuesta en los alucinógenos y guardaba siempre una buena provisión en la nevera junto con la marijuana. Pero después de un año, dejo de tomar acido porque el asunto no le llevaba a ningún lado. La primera vez que volvió a casa bajo el efecto del LSD y metió la llave en la cerradura y se identificó con la cerradura, el mundo entero se puso patas para arriba, pero después de una docena de experiencias sus percepciones psicológicas no le aportaban nada nuevo. Su tesitura era esta: Muy bien, me convertí en cerradura ¿y ahora que? Se unido entonces en la drepresion. La graciosa y equilibrada Helena volvía entonces de su trabajo en una tienda de material para artistas y preparaba la cena, escuchando los desvaríos de Hans durante horas. Ella pensaba que tendría que someterse a un tratamiento de desintoxicación pero Hans no estaba convencido. Estaba en un callejón sin salida y cada vez aceptaba menos compromisos de ...