La presunta participación de Radhanath Swami en el asesinato de Sulocan
[El siguiente artículo apareció originalmente en el Sampradaya Sun hace menos de un año, en inglés. Contiene importante evidencia que relaciona a Radhanath con el asesinato de Sulochan das. El texto de las declaraciones directas comprometedoras aparece resaltado.
No podemos esperar que las autoridades de Iskcon vayan a investigar oficialmente este caso y actúen conforme a los resultados de sus investigaciones. Su liderazgo institucional es muy débil, y en consecuencia los liderazgos carismáticos individualistas tienen más poder.]
por Hrishikesh das (Henry Doktorski)
16 de agosto de 2010 — Pittsburgh, PA, USA (SUN) — Dinanath das pregunta en su reciente artículo por qué tantos programas de Radhanath Swami se encuentran fuera de ISKCON. No puedo decir que conozco los pensamientos de Radhanath Swami, pero como soy un antiguo residente de Nueva Vrindavan, me puedo imaginar que un factor sea su presunto conocimiento y participación en el brutal asesinato de Sulocana das hace casi 25 años.
Si la mayoría de devotos de ISKCON creyeran que Radhanath Swami participó de manera prominente en el asesinato de Sulocana, probablemente tendría que dar muchas explicaciones, y quizá se le removería de su destacada posición dentro de ISKCON. Si eso llegara a ocurrir, es probable que muchos de sus amorosos discípulos no creerían las acusaciones y seguirían adorándolo como guru. Me imagino que sus discípulos que administran sus templos preferirían abandonar ISKCON formalmente y crear su propia sociedad que abandonar a su guru, tal como lo hicieron los discípulos de Kirtanananda en 1987, cuando su guru fue excomulgado de ISKCON. Esto es de esperarse si el guru tiene grandes poderes y carisma, como ocurre con Radhanath.
En lo relativo a la presunta participación de Radhanath en el asesinato de Sulocana, sabemos que Tirtha jaló el gatillo, pero no todos saben el alcance del grupo de apoyo de Nueva Vrindavan que le dio a Tirtha información, fondos e inspiración "espiritual" para mantenerse estable en su "servicio a guru y Krishna".
Kuladri dasa, el presidente del templo de Nueva Vrindavan, cumplió varios deberes administrativos de importancia para facilitar el asesinato, uno de los cuales fue proveerle a Tirtha la información más actualizada de diversos vigilantes. Tirtha dijo que le telefoneaba a Kuladri todos los días: "Yo le llamaba a Kuladri... para estar actualizado... todos los días".
(Tirtha Swami, cited in Thomas Drescher Before the Federal Grand Jury for the Northern District of West Virginia Investigative Grand Jury, August 11, 1994, Wheeling, West Virginia, 55.)
Kuladri, el administrador en jefe fe Nueva Vrindavan, sabía bien quiénes fueron los otros devotos que asistieron e inspiraron a Tirtha en su misión. Kuladri implicó indirectamente a Radhanath cuando dijo: "Sé que Tapahpunja, junto con otros swamis, estaba diciendo que la comunidad tenía que hacer todo lo que fuera necesario para proteger al Swami [Kirtanananda]". Esos días solo habían tres swamis en Nueva Vrindavan: Kirtanananda, Tapahpunja y Radhanath.
Kuladri, el administrador en jefe fe Nueva Vrindavan, sabía bien quiénes fueron los otros devotos que asistieron e inspiraron a Tirtha en su misión. Kuladri implicó indirectamente a Radhanath cuando dijo: "Sé que Tapahpunja, junto con otros swamis, estaba diciendo que la comunidad tenía que hacer todo lo que fuera necesario para proteger al Swami [Kirtanananda]". Esos días solo habían tres swamis en Nueva Vrindavan: Kirtanananda, Tapahpunja y Radhanath.
(Kuladri dasa, cited by Halasz & Halasz, court reporters, "United States of America, Plaintiff, v. CR 90-87 Keith Gordon Ham, Terry Sheldon, Steven Fitzpatrick, New Vrindaban Community, Inc., Govardhan, Inc., Cathedral of Healing, Inc., Defendants, Before: Honorable Robert R. Merhige, Jr., United States District Judge and a Jury," Day III (March 13, 1991), Martinsburg, West Virginia, 475.)
Kuladri alega que Radhanath fue uno de los principales actores en este sórdido drama: "Radhanath, Hayagriva y Tapahpunja estaban insistiendo como locos para que esto ocurriera [el asesinato]".
(Kuladri, cited by Dharmatma, from Trial transcript, cited by Halasz & Halasz, court reporters, "United States of America, Plaintiff, v. CR 90-87 Keith Gordon Ham, Terry Sheldon, Steven Fitzpatrick, New Vrindaban Community, Inc., Govardhan, Inc., Cathedral of Healing, Inc., Defendants, Before: Honorable Robert R. Merhige, Jr., United States District Judge and a Jury," Day IV (March 14, 1991), Martinsburg, West Virginia, 832-837, 941.)
Sulochan das, muerto poco tiempo después de tomada esta foto.
Dharmatma afirmaba que Radhanath estuvo involucrado de alguna manera: "Él [Radhanath] estuvo involucrado de alguna manera o tenía conocimiento del asesinato de Sulocaba. Sé que es cierto".
Sulochan das, muerto poco tiempo después de tomada esta foto.
Dharmatma afirmaba que Radhanath estuvo involucrado de alguna manera: "Él [Radhanath] estuvo involucrado de alguna manera o tenía conocimiento del asesinato de Sulocaba. Sé que es cierto".
(Dharmatma dasa, letter to Hansadutta (August 26, 1994).)
Janmastami dasa, quien viajó con Tirtha y lo asistió mientras vigilaban a Sulochan en California, explicó cómo fue reclutado para asistir en la eliminación de Sulochan:"En enero de 1986, cuando regresé a Nueva Vrindavan [después del Maratón de Navidad], Radhanath me ordenó --no Kirtanananda Swami-- que acabara con Sulochan.Esto pasó con Tapahpunja Swami y Tirtha en noviembre y diciembre de 1985. Estuve de sankirtan viajero hasta la Navidad y no llegamos a la finca sino hasta Año Nuevo. De inmediato luego de que llegamos a Nueva Vrindavan, Radhanath me buscó e hizo arreglos para que nos viéramos en su camioneta, y allí me dio un discurso previamente preparado y que ya le había dado a Tirtha, Tapahpunja Swami y a Kuladri en el pasado muchas veces. Cosas que platiqué posteriormente con Tirtha confirmaron esto".
Janmastami dasa, quien viajó con Tirtha y lo asistió mientras vigilaban a Sulochan en California, explicó cómo fue reclutado para asistir en la eliminación de Sulochan:"En enero de 1986, cuando regresé a Nueva Vrindavan [después del Maratón de Navidad], Radhanath me ordenó --no Kirtanananda Swami-- que acabara con Sulochan.Esto pasó con Tapahpunja Swami y Tirtha en noviembre y diciembre de 1985. Estuve de sankirtan viajero hasta la Navidad y no llegamos a la finca sino hasta Año Nuevo. De inmediato luego de que llegamos a Nueva Vrindavan, Radhanath me buscó e hizo arreglos para que nos viéramos en su camioneta, y allí me dio un discurso previamente preparado y que ya le había dado a Tirtha, Tapahpunja Swami y a Kuladri en el pasado muchas veces. Cosas que platiqué posteriormente con Tirtha confirmaron esto".
(Janmastami dasa, "New Vrindaban History, for the Record", The Sampradaya Sun (December 22, 2006).
Radhanath aduló a Janmastami: "Tú eres uno de esos pocos a quienes Krishna ha otorgado el espíritu de ksatriya y el suficiente coraje para hacer lo que se tiene que hacer".
(Radhanath Swami, cited by Janmastami dasa, "Chapter Seven: Knowledge of the Absolute is not Absolute Knowledge," accessed from http://www.harekrsna.org/pada/ks/nv/7.htm (November 4, 2008).)
Janmastami recordó con más detalle:
Radhanath decía lo siguiente a quienes les daba las instrucciones especiales: "Sulocana representa un peligro mortal tanto para Kuladri como para Kirtanananda Swami. Lo escribió en su diario, y por solo ese motivo el tipo debe ser transmigrado a su siguiente cuerpo".
Lo que Radhanath decía era claro, más allá de toda duda: "Ahora que Srila Prabhupada nos ha dejado, todo el destino de su movimiento --NUESTRO movimiento, el movimiento del Señor Caitanya-- está en las manos de Kirtanananda Swami, y conforme a nuestra propia naturaleza debemos hacer lo que podamos para ayudar al movimiento en este sentido..."
Radhanath le había dado estos argumentos al menos a media docena de oídos receptivos, hasta que alguien hizo las siguientes preguntas relacionadas con el Gita:
"¿Cómo te han surgido semejantes impurezas? No son dignas del hombre que conoce los valores progresivos de la vida".
Janmastami recordó con más detalle:
Radhanath decía lo siguiente a quienes les daba las instrucciones especiales: "Sulocana representa un peligro mortal tanto para Kuladri como para Kirtanananda Swami. Lo escribió en su diario, y por solo ese motivo el tipo debe ser transmigrado a su siguiente cuerpo".
Lo que Radhanath decía era claro, más allá de toda duda: "Ahora que Srila Prabhupada nos ha dejado, todo el destino de su movimiento --NUESTRO movimiento, el movimiento del Señor Caitanya-- está en las manos de Kirtanananda Swami, y conforme a nuestra propia naturaleza debemos hacer lo que podamos para ayudar al movimiento en este sentido..."
Radhanath le había dado estos argumentos al menos a media docena de oídos receptivos, hasta que alguien hizo las siguientes preguntas relacionadas con el Gita:
"¿Cómo te han surgido semejantes impurezas? No son dignas del hombre que conoce los valores progresivos de la vida".
"Las palabras existente y no-existente se refieren solo al espíritu y la materia. ¿Por quñe preocuparse?".
"¿Cómo puede la persona que sabe que el alma es indestructible, no nacida, eterna e inmutable, matar a alguien y hacer que alguien mate?".
Preguntas fuertes, pero de parte de una audiencia sumisa. Radhanath permaneció impávido. Él citó a Krishna al responder a la potencialmente explosiva ronda de preguntas: "Todo tiene su propia utilidad, y el hombre que está situado en el conocimiento completo sabe cómo y dónde aplicar algo; así que no existe posibilidad de reacción pecaminosa. Además, considerando tu deber específico como ksatriya...".
Eso resolvió todo. Existía una orden de tu autoridad espiritual genuina, y estaba basada en las escrituras, directamente de Krishna. ¡O seguías esas instrucciones o te ibas al infierno!
(Janmastami dasa, "Chapter 2: Contents of the Palace, Itemized," accessed from http://liberatedyogi.tripod.com.)
En el relato de Janmastami colaboraron dos testigos oculares. El chofer de Bhaktipada [Kirtanananda] lo confirmó: "Me tocó ver mucha de la acción que ocurría tras bambalinas, y estuve allí cuando Radhanath le dijo a Janmastami "destruye al enemigo".
Preguntas fuertes, pero de parte de una audiencia sumisa. Radhanath permaneció impávido. Él citó a Krishna al responder a la potencialmente explosiva ronda de preguntas: "Todo tiene su propia utilidad, y el hombre que está situado en el conocimiento completo sabe cómo y dónde aplicar algo; así que no existe posibilidad de reacción pecaminosa. Además, considerando tu deber específico como ksatriya...".
Eso resolvió todo. Existía una orden de tu autoridad espiritual genuina, y estaba basada en las escrituras, directamente de Krishna. ¡O seguías esas instrucciones o te ibas al infierno!
(Janmastami dasa, "Chapter 2: Contents of the Palace, Itemized," accessed from http://liberatedyogi.tripod.com.)
En el relato de Janmastami colaboraron dos testigos oculares. El chofer de Bhaktipada [Kirtanananda] lo confirmó: "Me tocó ver mucha de la acción que ocurría tras bambalinas, y estuve allí cuando Radhanath le dijo a Janmastami "destruye al enemigo".
(Priyavenu dasa, conversation with the author (September 14, 2003).)
Un chico adolecente del gurukula que trabajaba con Janmastami también alega haber escuchado a Radhanath ordenarle a Janmastami "destruye al enemigo".
(Harivrata dasa, conversation with the author (January 9, 2007).
El jueves 22 de mayo de 1986, aproximadamente a la una a.m., hora del Pacífico, al iniciar el día de la Aparición del Señor Nrsimhadeva, Sulochan, de 33 años, estaba sentado rolando un churro de marihuana en su corroída camioneta Dodge que se encontraba estacionada en la esquina de Flint Avenue y Cardiff Street, a media milla del templo de ISKCON de Los Angeles. Pocos segundos después su cerebro voló en pedazos a causa de dos balas de pistola disparadas a corta distancia a través de la ventana del conductor.
Tirtha das. Jaló el gatillo por órdenes superiores de Nueva Vrindavan.
La noticia del asesinato de Sulochan se difundió rápido, a la velocidad del rayo. Tirtha huyó rápidamente de la zona del templo de Los Angeles al aeropuerto LAX, donde dejó el auto rentado e hizo una rápida llamada a Nueva Vrindavan mientras esperaba la próxima salida a la costa oriental. Dijo él: "Fui al aeropuerto, devolví el vehículo, abordé el primer vuelo que salía de Los Angeles... que por casualidad iba a Dallas".
(Swami, cited in Thomas Drescher Before the Federal Grand Jury for the Northern District of West Virginia Investigative Grand Jury, August 11, 1994, Wheeling, West Virginia, 67.)
Durante el período de japa que precede al programa matutino de mangal-aroti de Nueva Vrindavan, los susurros de la noticia de la muerte de Sulochan produjeron gran emoción entre los devotos asistentes. Las noticias no tardaron más de treinta minutos en llegarles luego de cometido el asesinato. Dharmatma recuerda:
"Era la mañana del día de la aparición del Señor Nrsimhadeva. Nrsimha es una forma de Krishna que protege a los devotos. Es mitad hombre, mitad león. Cuando llegué [al templo] en la mañana, todos estaban muy emocionados y jubilosos, y todo el templo zumbaba. Todos estaban hablando en pequeños círculos. El ambiente se sentía muy positivo esa mañana, y le pregunté a alguien la razón, porque parecía un festival. El devoto me dijo: "¿No has escuchado? ¡Mataron a Sulochan anoche en California!".
Durante el período de preguntas y respuestas al terminar la clase, un devoto le preguntó a Bhaktipada: "¿Cómo debemos entender cuanto matan a un demonio?". Bhaktipada respondió: "El devoto no se perturba cuando matan a una serpiente".
(Dharmatma, from Trial transcript, cited by Halasz & Halasz, court reporters, "United States of America, Plaintiff, v. CR 90-87 Keith Gordon Ham, Terry Sheldon, Steven Fitzpatrick, New Vrindaban Community, Inc., Govardhan, Inc., Cathedral of Healing, Inc., Defendants, Before: Honorable Robert R. Merhige, Jr., United States District Judge and a Jury," Day IV (March 14, 1991), Martinsburg, West Virginia, 832-837, 941.)
Cuando Ramachandra dasa, quien era un recolector de sankirtan en Nueva Vrindavan, le preguntó a Radhanath Swami: "¿Sabes quién mató a Sulochan?". Radhanath le respondió: "No sé, pero quien haya sido estaba haciendo servicio devocional a Krishna".
(Ramachandra dasa, from a conversation with the author on April 10, 2007.)
Dharmatma continuó con sus recuerdos del día del asesinato, y recuerda que Kuladri nombró a tres instigadores que estaban "presionando como locos para que ocurriera esto".
"Más tarde, después de las funciones matutinas, tuve una discusión con Kuladri. Él estaba muy perturbado. Él mencionó... que esto no se debió haber hecho en absoluto. Y que cómo Rahdanath, Hayagriva y Tapahpunja estaban presionando como locos para que ocurriera esto, y cómo él les había dicho que no lo hicieran".
(Dharmatma, from Trial transcript, cited by Halasz & Halasz, court reporters, "United States of America, Plaintiff, v. CR 90-87 Keith Gordon Ham, Terry Sheldon, Steven Fitzpatrick, New Vrindaban Community, Inc., Govardhan, Inc., Cathedral of Healing, Inc., Defendants, Before: Honorable Robert R. Merhige, Jr., United States District Judge and a Jury," Day IV (March 14, 1991), Martinsburg, West Virginia, 832-837, 941.)
Janmastami contribuyó con esto: "Kuladri estaba MUY, MUY espantado para cuando se acercaba la 'hora de las reacciones', porque sabía que tanto él como Radhanath se estaban ahogando en pu-pu".
(Janmastami, e-mail letter to the author (August 1, 2008).)
Aunque Tirtha pudo viajar con éxito de California a Ohio, seguía en graves problemas; Nueva Vrindavana no le había pagado lo que le habían prometido, y necesitaba dinero para comprar pasajes de avión y abandonar el país --y rápido. Dharmatma describió como Bhaktipada y Radhanath fueron a verlo a la casa de sankirtan para recoger el dinero del escape:
"Al día siguiente Bhaktipada, junto con Radhanath, manejó en su vehículo hasta mi entrada y tocó el claxon para que yo saliera. Cuando fui al auto nos pusimos a platicar de cosas menores, no recuerdo qué. Entonces Bhaktipada me preguntó si tenía en la casa seis mil dólares en efectivo. Dije: 'No sé, si quieres veo'. Él me dijo que fuera a ver si tenía seis mil dólares.
"Entré a la casa y fui a la caja fuerte, y... conté sis mil dólares que le llevé y entregué a través de la ventana de auto. No recuerdo si se lo di a Radhanath y él se lo dio a Bhaktipada, o si se lo di directamente a Bhaltipada. Había un ambiente un poco tenso, y le dije: '¿Qué es esto? ¿Es para que ellos [Tirtha y Tapahpunja] puedan huir del país?'. Y Bhaktipada y Radhanath sonrieron haciendo una afirmación con la cabeza. 'Sí', y luego dijeron: 'Bueno, nos tenemos que ir', y se fueron".
(Dharmatma, from Trial transcript, cited by Halasz & Halasz, court reporters, "United States of America, Plaintiff, v. CR 90-87 Keith Gordon Ham, Terry Sheldon, Steven Fitzpatrick, New Vrindaban Community, Inc., Govardhan, Inc., Cathedral of Healing, Inc., Defendants, Before: Honorable Robert R. Merhige, Jr., United States District Judge and a Jury," Day IV (March 14, 1991), Martinsburg, West Virginia, 832-837, 941.)
Tirtha y Tapahpunja recibieron el dinero, pero antes de poder tomar un vuelo a India fueron aprehendidos por la policía y puestos en la cárcel. Tapahpunja fue liberado tres días después. Pero Tirtha lleva encerrado más de 24 años.Tirtha habló de la primera persona que lo visitó en la cárcel, el "tan bondadoso y compasivo" Radhanath Swami:
"Cuando me arrestaron y mandaron a la carcel, el primero que vino a verme fue Radhanath Swami. Me habló de la forma más bondadosa y compasiva, explicándome que mi vida ahora se encontraba completamente en las manos de Krishna. Hablaba con él a través del grueso vidrio de seguridad, y me encontraba apenado y avergonzado de encontrarme en semejante predicamento. Me pidió que me concentrara en Krishna y nada más. Solo Krishna podía ayudarme ahora. Antes de retirarse me dio ejemplares completos del Srimad-Bhagavatam, Caitanya-caritamrta y Bhagavad-gita. Leer de nuevo esos libros señalaría el inicio de mi nueva vida en prisión, y una nueva era de conciencia, no como un convicto sino como un devoto...
La siguiente vez que hablé con Radhanath me dijo que era muy afortunado, porque Krishna me estaba mostrando gran misericordia al arrancarme todo de manera tan abrupta. Si quizá esto no me mataba me iba a hacer mucho más fuerte. Muere antes de morir. De seguro que así es como se ve la muerte para el alma que está demasiado apegada a las comodidades de su hogar. En efecto, sentía como si hubiera muerto, pues todo lo que quería tanto había desaparecido en un instante".
(Tirtha dasa, "The Twenty-Six Qualities," part 12: "Exile," which was published on Tirtha's website (tirthainprison.com) but later removed.)
Quizá uno se pregunte, ¿cómo puede un devoto humilde y renunciado, que no lastimaría ni a una mosca, ayudar a instigar el asesinato de un devoto condiscípulo? Prabhupada explicó que incluso el devoto más humilde "debe enojarse como el fuego" "si se blasfema en contra de su gurí".
En el Caitanya-caritamrta (Adi 7.50) Prabhupada escribió: "Uno debe cantar el santo nombre del Señor en un estado mental humilde, sintiéndose más bajo que la paja de la calle;uno debe ser más tolerante que el árbol, estar desprovisto de todo sentido de ego falso, y estar dispuesto a ofrecer todo respeto a los demás. En esemajante estado de mente uno puede cantar el santo nombre del Señor constantemente".
No obstante, el autor de estas instrucciones, el Señor Caitanya Mahaprabhu, no toleró el comportamiento de Jagai y Madhai. Cuando lastimaron al Señor Nityananda Prabhu, de inmediato se enojó y quería matarlos, y fue solo debido a la misericordia del Señor Nityananda Prabhu que se salvaron. Uno debe se muy manso y humilde en sus tratos personales, y si el vaisnava es insultado debe ser tolerante y no enojarse. Pero si hay una blasfemia en contra del gurí u otro vaisnava, uno debe enojarse como el fuego. Esto lo demostró el Señor Caitanaya Mahaprabhu.
Cuando se destruye a un gran demonio, o serpiente o escorpión, todos se alegran. Prabhupada explicó en el Srimad-Bhagavatam (7.9.14, significado):
(Janmastami, e-mail letter to the author (August 1, 2008).)
Aunque Tirtha pudo viajar con éxito de California a Ohio, seguía en graves problemas; Nueva Vrindavana no le había pagado lo que le habían prometido, y necesitaba dinero para comprar pasajes de avión y abandonar el país --y rápido. Dharmatma describió como Bhaktipada y Radhanath fueron a verlo a la casa de sankirtan para recoger el dinero del escape:
"Al día siguiente Bhaktipada, junto con Radhanath, manejó en su vehículo hasta mi entrada y tocó el claxon para que yo saliera. Cuando fui al auto nos pusimos a platicar de cosas menores, no recuerdo qué. Entonces Bhaktipada me preguntó si tenía en la casa seis mil dólares en efectivo. Dije: 'No sé, si quieres veo'. Él me dijo que fuera a ver si tenía seis mil dólares.
"Entré a la casa y fui a la caja fuerte, y... conté sis mil dólares que le llevé y entregué a través de la ventana de auto. No recuerdo si se lo di a Radhanath y él se lo dio a Bhaktipada, o si se lo di directamente a Bhaltipada. Había un ambiente un poco tenso, y le dije: '¿Qué es esto? ¿Es para que ellos [Tirtha y Tapahpunja] puedan huir del país?'. Y Bhaktipada y Radhanath sonrieron haciendo una afirmación con la cabeza. 'Sí', y luego dijeron: 'Bueno, nos tenemos que ir', y se fueron".
(Dharmatma, from Trial transcript, cited by Halasz & Halasz, court reporters, "United States of America, Plaintiff, v. CR 90-87 Keith Gordon Ham, Terry Sheldon, Steven Fitzpatrick, New Vrindaban Community, Inc., Govardhan, Inc., Cathedral of Healing, Inc., Defendants, Before: Honorable Robert R. Merhige, Jr., United States District Judge and a Jury," Day IV (March 14, 1991), Martinsburg, West Virginia, 832-837, 941.)
Tirtha y Tapahpunja recibieron el dinero, pero antes de poder tomar un vuelo a India fueron aprehendidos por la policía y puestos en la cárcel. Tapahpunja fue liberado tres días después. Pero Tirtha lleva encerrado más de 24 años.Tirtha habló de la primera persona que lo visitó en la cárcel, el "tan bondadoso y compasivo" Radhanath Swami:
"Cuando me arrestaron y mandaron a la carcel, el primero que vino a verme fue Radhanath Swami. Me habló de la forma más bondadosa y compasiva, explicándome que mi vida ahora se encontraba completamente en las manos de Krishna. Hablaba con él a través del grueso vidrio de seguridad, y me encontraba apenado y avergonzado de encontrarme en semejante predicamento. Me pidió que me concentrara en Krishna y nada más. Solo Krishna podía ayudarme ahora. Antes de retirarse me dio ejemplares completos del Srimad-Bhagavatam, Caitanya-caritamrta y Bhagavad-gita. Leer de nuevo esos libros señalaría el inicio de mi nueva vida en prisión, y una nueva era de conciencia, no como un convicto sino como un devoto...
La siguiente vez que hablé con Radhanath me dijo que era muy afortunado, porque Krishna me estaba mostrando gran misericordia al arrancarme todo de manera tan abrupta. Si quizá esto no me mataba me iba a hacer mucho más fuerte. Muere antes de morir. De seguro que así es como se ve la muerte para el alma que está demasiado apegada a las comodidades de su hogar. En efecto, sentía como si hubiera muerto, pues todo lo que quería tanto había desaparecido en un instante".
(Tirtha dasa, "The Twenty-Six Qualities," part 12: "Exile," which was published on Tirtha's website (tirthainprison.com) but later removed.)
Quizá uno se pregunte, ¿cómo puede un devoto humilde y renunciado, que no lastimaría ni a una mosca, ayudar a instigar el asesinato de un devoto condiscípulo? Prabhupada explicó que incluso el devoto más humilde "debe enojarse como el fuego" "si se blasfema en contra de su gurí".
En el Caitanya-caritamrta (Adi 7.50) Prabhupada escribió: "Uno debe cantar el santo nombre del Señor en un estado mental humilde, sintiéndose más bajo que la paja de la calle;uno debe ser más tolerante que el árbol, estar desprovisto de todo sentido de ego falso, y estar dispuesto a ofrecer todo respeto a los demás. En esemajante estado de mente uno puede cantar el santo nombre del Señor constantemente".
No obstante, el autor de estas instrucciones, el Señor Caitanya Mahaprabhu, no toleró el comportamiento de Jagai y Madhai. Cuando lastimaron al Señor Nityananda Prabhu, de inmediato se enojó y quería matarlos, y fue solo debido a la misericordia del Señor Nityananda Prabhu que se salvaron. Uno debe se muy manso y humilde en sus tratos personales, y si el vaisnava es insultado debe ser tolerante y no enojarse. Pero si hay una blasfemia en contra del gurí u otro vaisnava, uno debe enojarse como el fuego. Esto lo demostró el Señor Caitanaya Mahaprabhu.
Cuando se destruye a un gran demonio, o serpiente o escorpión, todos se alegran. Prabhupada explicó en el Srimad-Bhagavatam (7.9.14, significado):
"Traducción: [Habla el hijo de Hiranyakasipu, Prahlada] Mi Señor Nrsimhadeva, por favor, por lo tanto cesa con Tu ira ahora que ha sido muerto mi padre, el gran demonio Hiranyakasipu. Si incluso las personas santas se alegran cuando muere un escorpión o una serpiente, todos los mundos han sentido gran satisfacción con la muerte de este demonio. Ahora tienen confianza en su propia felicidad y siempre recordarán Tu auspiciosa encarnación para liberarse del temor."
"Significado: El punto más importante de este verso es que aunque las personas santas nunca desean que ninguna entidad viviente muera, a ellos les complace cuando mueren entidades vivientes envidiosas como las serpientes y los escorpiones. Hiranyakasipu fue muerto porque era peor que la serpiente o el escorpión, y por tal motivo todos estaban felices".
"Ese demonio que solo molesta a los devotos, ese demonio es un demonio muy peligroso. Así que cuando tal demonio es muerto, hasta las personas santas se sienten satisfechas."
El sadhu, la persona santa, nunca aprueba que se mate a nadie. Nunca. Ni siquiera a un animal. El sadhu no aprueba esto. ¿Por qué matar a un animal? Así es el sadhu. Pero Prahlada Maharaja dice: modera sadhur api. El sadhu, la persona santa, también está complacido... ¿Cuándo? Cuando matan a un escorpión o a una serpiente. Ellos también son entidades vivientes. El sadhu nunca queda satisfecho viendo que otra entidad viviente es muerta, pero Prahlada Maharaja dice: "Incluso el sadhu queda complacido cuando muere una serpiente o un escorpión. Mi padre es como una serpiente o un escorpión. Así que es muerto. Por eso todos están contentos". Todos estaban... Era semejante demonio, que solo le causaba problemas a los devotos, tal demonio, un demonio muy peligroso. Cuando matan a tal demonio hasta las personas santas quedan satisfechas, aunque las personas santas no quieren que se mate a nadie."
(A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, Srimad-bhagavatam 1.8.27, lecture, Los Angeles (April 19, 1973).)
El sadhu, la persona santa, nunca aprueba que se mate a nadie. Nunca. Ni siquiera a un animal. El sadhu no aprueba esto. ¿Por qué matar a un animal? Así es el sadhu. Pero Prahlada Maharaja dice: modera sadhur api. El sadhu, la persona santa, también está complacido... ¿Cuándo? Cuando matan a un escorpión o a una serpiente. Ellos también son entidades vivientes. El sadhu nunca queda satisfecho viendo que otra entidad viviente es muerta, pero Prahlada Maharaja dice: "Incluso el sadhu queda complacido cuando muere una serpiente o un escorpión. Mi padre es como una serpiente o un escorpión. Así que es muerto. Por eso todos están contentos". Todos estaban... Era semejante demonio, que solo le causaba problemas a los devotos, tal demonio, un demonio muy peligroso. Cuando matan a tal demonio hasta las personas santas quedan satisfechas, aunque las personas santas no quieren que se mate a nadie."
(A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, Srimad-bhagavatam 1.8.27, lecture, Los Angeles (April 19, 1973).)
"Hay personas que son como serpientes. Sienten envidia de nuestro movimiento y se le oponen. Tienen esa naturaleza"
El sadhu, la persona santa, no le gusta que se mate a ningún ser viviente. No los contenta... Incluso si muere una hormiga se ponen tristes: '¿Por qué matar a la hormiga?'. Qué decir de otro, incluso una pequeña hormiga. Para-duhkha-duhkhi. Quizá sea una hormiga, insignificante, pero sufre al morir. El Vaisnava se siente infeliz: '¿Por qué matar a una hormiga?'. Esto es para duhkha-duhkhi. Pero ese mismo vaisnava se alegra cuando muere una serpiente o un escorpión. Modeta sadhur api vrscika-sarpa-hatya. Así, todos se alegran cuando muere una serpiente o un escorpión porque son muy, muy peligrosos. Sin que alguien la deba lo muerden y crean caos. Existen estas personas que son como serpientes. Tienen envidia de nuestro movimiento, y se oponen. Tienen esa naturaleza.
(A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, Srimad-bhagavatam 7.9.8, lecture, Mayapur (February 28, 1977).)
Era muy sencillo: Sulochan era un demonio, punto. Matarlo le beneficiaba a él, a los devotos y al mundo entero. Esa era entonces la creencia prevaleciente en Nueva Vrindavan, y los devotos dedicados a planear, apoyar y ejecutar el asesinato de Sulochan repetían estos versos para justificar en su conciencia este "servicio devocional" tan fuera de lo común.
(A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, Srimad-bhagavatam 7.9.8, lecture, Mayapur (February 28, 1977).)
Era muy sencillo: Sulochan era un demonio, punto. Matarlo le beneficiaba a él, a los devotos y al mundo entero. Esa era entonces la creencia prevaleciente en Nueva Vrindavan, y los devotos dedicados a planear, apoyar y ejecutar el asesinato de Sulochan repetían estos versos para justificar en su conciencia este "servicio devocional" tan fuera de lo común.
Incluso si fracasaba el intento de los ksatriyas de Nueva Vrindavan para asesinar a Sulochan, creían que de todos modos sus vidas serían un éxito, pues si por alguna razón morían cumpliendo su deber prescrito, o si el Estado los ejecutaba luego de ser declarados culpables en un juicio por asesinato, ellos ascenderían a los planetas celestiales. Krishna le prometió a Arjuna en el Bhagavad-gita (2.32): "Oh Partha, felices aquellos ksatriyas a quienes les llegan tales oportunidades de lucha sin buscarlas, abriéndoles las puertas de los planetas celestiales". Prabhupada explica en más detalle: "Si él [Arjuna] conquistaba a sus enemigos, disfrutaría el reino; si moría en la batalla, sería elevado a los planetas celestiales, cuyas puertas le estarían completamente abiertas. En ambos casos el combate lo beneficiaría".
Estaba claro que Sulochan era alguien "que blasfemaba en contra de los devotos del Señor", y portaba una "arma mortal" "con la intención de matar". Merecía que lo "mataran en defensa propia" "sin que el verdugo fuese castigado". Incluso un devoto "muy manso y humilde" debe "enojarse como fuego, queriendo matar" al ofensor, "cuando se cometen ofensas en contra de los superiores". "Cuando ese demonio es muerto, hasta las personas santas quedan satisfechas".
Los que participaron en el complot para destruir a Sulochan tenían la confianza que sus actos estaban aprobados por gurí (Kirtanananda Swami Bhaktipada), sadhu (Radhanath Swami y Tapahpunja Swami), y shastra (Bhagavad.gita, Srimad-Bhagavatam y Caitanya-caritamrta), y agradarían a Prabhupada y a Krishna.Incluso un devoto que normalmente fuera amable y humilde y que no lastimaría ni a una hormiga, pdoría participar en esta noble misión con entusiasmo. Algunos quizá incluso sintieran que era un honor especial ser llamados por Krishna para participar en esta obra gloriosa: prestar un valioso servicio protegiendo al santo devoto puro del Señor. ¿Qué más podría pedir un discípulo sincero?
Sin embargo, la cordura apareció demasiado tarde entre aquellos devotos que conspiraron en el asesinato de Sulochan. Luego de que Tirtha fue arrestado y el gobierno inició una investigación seria de la comunidad, Tapahpunja huyó a Irlanda y Janmastami huyó a India. Menos de un año después Kuladri renunció a sus funciones en Nueva Vrindavan y se mudó a Arizona. Y Radhanath comenzó a pasar más y más tiempo en India, lejos de la escena del crimen, para solo regresar a Nueva Vrindavan pocas veces al año.
En conclusión, si hay algo que aprender de esta triste historia , quizá es que debemos estar conscientes de la peligrosa mentalidad acéfala de culto que puede surgir entre los discípulos y el gurú carismático que ellos creen que no puede cometer errores. Espero sinceramente que hemos aprendido una lección a partir de estos desafortunados eventos ocurridos en Nueva Vrindavan en el pasado, y que mantengamos los ojos abiertos ante situaciones similares potenciales hoy en la sociedad de Vaisnavas.
NOTAS RUGIENTES
1
Como el texto de este artículo es largo, no tradujimos los párrafos que contienen la fuente de ciertas declaraciones. Eso lo va a tener que hacer cada lector. Son los pequeños párrafos que están entre paréntesis y en inglés.
2
Las fuentes son de primer nivel. Para empezar están varias declaraciones testimoniales ante un juez, como parte de un juicio en contra de Kirtanananda y otros dirigentes de Nueva Vrindavana. Luego están las declaraciones de Dharmatma, quien era el líder de sankirtan de Nueva Vrindavan. Kuladri era el presidente de Nueva Vrindavan, y también implica a Radhanath en el complot. Tenemos además varios testimonios que recabó el autor de este artículo, de parte de testigos directos, e incluye sus nombres. También presenta párrafos de textos escritos por testigos directos de los acontecimientos.
3
Aunque es cierto que Sulochan pareciera representar un riesgo para Kirtanananda, pues lo había amenazado por romper su matrimonio, la realidad es que Sulochan estaba en California, a miles de kilómetros de Kirtanananda, y además existían medidas preventivas para protegerse de cualquier actitud violeta potencial de Sulochan.
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"To do things hastily and incorrectly is not good. Anything valuable takes a little time to come into existence. Therefore there is no harm in waiting for the best thing. But everything is well that ends well: That should be the principle."
Prabhupada Letters :: 1969.
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"Hacer las cosas de afán y mal no es bueno. Algo valioso toma un poco de tiempo para llegar a existir. Por lo tanto no hay daño en esperar lo mejor. Pero si algo va bien termina bien. Ese debe ser el principio".
Cartas de Prabhupada :: 1969.