¡Qué locura!
[El siguiente artículo apareció originalmente el 13 de agosto de 1998 en el sitio electrónico VNN (Vaisnava News Network), el cual ya dejó de operar. Lo traduzco y reproduzco aquí porque los puntos que aborda no han cambiado desde entonces. Lo que vemos en la actualidad en Iskcon es una proyección adicional en el tiempo de los problemas que ya eran evidentes hace trece años, y que solo se han agudizado más.]
por Radha Krsna dasa
Ciudad de México -- La reconocida historiadora Barbara Tuchman escribió un libro llamado “La marcha de la locura”. Cuando lo lei hace casi quince años nunca me imaginé que terminaría viendo a Iskcon en el contexto de este libro. "La marcha de la locura" aborda el tema de las locuras históricas. En consecuencia, la autora define locura (folly) como la implementación de políticas contrarias a los intereses de la sociedad.
Para que una locura histórica sea genuina debe cumplir tres requisitos:
1. Debió haber sido percibida como dañina en su propia época, no solo años después.
2. Debieron estar disponibles opciones para tomar decisiones diferentes.
3. Para diferenciar el problema de las personalidades, la política en cuestión debió ser la de un grupo y no la de un gobernante particular, y debió persistir más allá de una generación política.
¿Ha cometido Iskcon una locura histórica? Desde que Srila Prabhupada partió de este mundo hemos sido testigos de muchos errores muy serios relacionados con administración de bienes, casos legales, desarrollo comunitario, etc. Pero más allá de todos esos errores de criterio, la locura más básica y duradera ha sido el defectuoso sistema de liderazgo espiritual.
Su importancia estriba en que el principio de guru es el corazón de Iskcon, por ser una institución espiritual. Así como el liderazgo espiritual de Srila Prabhupada creó y moldeó a Iskcon, también el liderazgo espiritual es lo que mantiene vivo al parampara a través del tiempo.
Si el liderazgo espiritual flaquea entonces las metas del parampara quedan en entredicho, incluso si la administración cotidiana y los bienes inmuebles siguen en funciones. Entonces, ¿muestra el sistema de sucesión de gurus de Iskcon las características comunes de las locuras históricas que señala la Sra. Tuchman? Veamos.
1. ¿Se ha visto que el sistema de gurus de Iskcon, tal como fue establecido en 1978 y modificado a través de los años, ha sido siempre contraproducente?
Las señales de que el sistema de acharyas establecido en 1978 era problemático empezaron a aparecer de inmediato. Uno de los primeros indicios fue la revolución venezolana de mayo de 1978. Como respuesta a los gritos telefónicos de larga distancia a cargo del "acharya" designado, de que le tuvieran lista una vyasasana de tamaño completo y todos su privilegios de "guru", los encargados del templo simplemente le colgaron el teléfono. Se sentaron a contemplar su futuro bajo el nuevo sistema y decidieron que era mejor separarse. Como resultado todo el yatra se separó permanentemente de Iskcon.
Otra advertencia temprana fue la carta de Pradyumna Prabhu a Satsvarupa Goswami, en la que señalaba el curso tan alocado que estaba tomando Iskcon con su implementación del sistema de acharyas.
Pero la evidencia más importante sobre la naturaleza contraproducente de este sistema fue, obvio, su impacto en la vida de los mismos "acharyas". (No es necesario aquí que entremos en detalles las locuras, las caídas y los anarthas que aparecieron.) A pesar de lo contraproducente que su propio comportamiento era para ellos, fue más grande el dolor de las pobres almas que fueron iniciadas una vez, luego dos y hasta tres veces. Al incorporarse a un movimiento que creían que les ofrecía la garantía del gran acharya Srila Prabhupada, amanecieron un día para darse uenta que habían sido engañados.
Y continuaron las señales de alarma. Así como los cristianos protestantes ofrecieron a liberar a los creyentes de los excesos de la iglesia católica, de la misma manera empezaron a aparecer a principios de los 1980s grupos separatistas de Iskcon que implícitamente (y a veces explícitamente) decían: "No necesitas ser una víctima ni un peón de la lucha de poder dentro de Iskcon. Puedes hacer servicio devocional sin pertenecer a esa institución". Ellos no sintieron que alejarse de Iskcon fuera una deserción de Srila Prabhupada, sino simplemente un paso para alejarse de los locos y de la locura.
En muchos sentidos esta era una decisión fácil: Escoge entre postrarte ante un santo (de otra institución vaisnava) o ante un pederasta; sirve a un vaisnava superior y erudito o ayúdale a tus hermanos espirituales a embriagarse con orgullo, lujuria y hasta con licor. En resumen, si los líderes de Iskcon reclamaban tener alguna autoridad espiritual, se la tendrían que ganar y no solo exigirla como niños caprichosos.
Luego llegó la reforma interna de mediados de los 1980s. Lo más curioso de esta reforma fue es que no fue el resultado de la obra de los reformadores, ni tuvo efectos importantes. Aunque los argumentos de los reformadores no provocaron una transformación de la Sociedad, lo que sí la cambió fueron las caídas consecutivas de Bhavananda, Bhagavan y Ramesvara, las cuales ocurrieron en un lapso de apenas unos meses.
Con la reforma los reformadores fueron reformados e incorporados al sistema. Los cambios al sistema solo habían sido cosméticos: Ahora ya no habría once acharyas, sino once acharyas multiplicados por once; ya no se darían nombres de acharya (Acharyadeva, Acharyapada, Visnupada, etc.), pero quienes ya los tuvieran podrían conservarlos; ya no habrían fotos de los gurus permanentemente en el altar, pero sí durante el aratik; las celebraciones y libros de vyasapuja continuarían, pero de forma más discreta y privada; se continuaría con la doctrina de que el guru de Iskcon "salva a las almas", pero no se estaría repitiendo en voz alta. En realidad, este nuevo sistema era una versión parchada del sistema anterior que ya había producido tantos problemas.
El sistema de gurus "reformado" ha demostrado ser tan contraproductivo como su antecesor. Los indicios se encuentran en todas partes. La confianza en los líderes se encuentra en su punto más bajo. Anteriormente, cuando se mencionaba algún escándalo de los líderes, la respuesta era "Todos los rumores son ciertos hasta de se refuten". Pero ahora se ha convertido en "Todos los rumores, por descabellados que suenen, son apenas parte de la verdad".
Las reformas tampoco consiguieron proteger a los líderes espirituales de sí mismos, pues las caídas, la locura, los errores crasos y los anarthas siguen allí. Para evitar tanta locura, los devotos continúan su éxodo a otros grupos vaisnavas. Pero, al igual que antes, Iskcon continúa echándole la culpa de todo a las fuerzas negativas externas, en vez de hacer una reflexión interna. Esto lo pudimos ver en el reciente documento de Ravindra Svarupa sobre Srila Narayana Maharaja. Y dentro de Iskcon podemos ver todo tipo de propuestas filosóficas y administrativas que buscan la esperanza de un cambio positivo.
Iskcon busca a cada momento minimizar el impacto que producen las caídas y los escesos, diciendo que en general las cosas van bien. Pero esto no es verdad. Srila Prabhupada dio el ejemplo de que puedes saber si el arroz ya está cocinado tomando un solo grano y presionarlo. En el caso de Iskcon, más de la mitad del arroz ha sido revisado y sigue crudo. Y los gurus que se cayeron este año son un testimonio de ello.
Otro indicio de los problemas que conlleva el actual sistema de gurus es que crea un sistema de castas en la que existen ciudadanos de primera y segunda categoría. Aclaro que la jerarquía espiritual sí debe existir y que uno debe aprender a apreciar las cualidades de otros devotos. Pero el sistema actual utiliza como factor determinante el nacimiento y no las cualidades espirituales. Tiene que ver con el nacimiento en Iskcon como discípulo de Srila Prabhupada o de alguien más. Y si eres guru o GBC te encuentras todavía más arriba. Y si tu guru se cayó (situación en la que actualmente se encuentran miles de devotos) te vuelves literalmente un paria. El sentido de hermandad que que caracterizó originalmente al movimiento de Srila Prabhupada ya no existe. Ha sido sustituido por la polarización. En consecuencia, si un guru se cae, intentará llevarse no solo los millones que ha acumulado en donaciones sino que también tratará de llevarse a sus seguidores. Esto lo vimos desde el caso de Jayatirtha (1981), y quizá lo veamos de nuevo este año.
2. ¿Han existido todo el tiempo alternativas viables a esta situación?
Sí. Pero en vez de ponerme a promover soluciones particulares, prefiero señalar rumbos que casi nadie considera: La sabiduría, la humildad, la simplicidad, la búsqueda de la verdad sin egoísmos, librarse la mentalidad ofensiva, el simple sentido común, la erradicación de los anarthas, etc. Veo que estos principios no se aplican mucho en Iskcon, porque si así fuera la institución no tendría un concepto tan artificial sobre sus líderes espirituales y no sería el desastre que es. Lo anterior es muy evidente, excepto para quienes se niegan a verse en el espejo. Su karma los dejó en evidencia hace mucho tiempo, pero ni se han dado cuenta de ello.
Existen otras medidas para mejorar las cosas. Ya hay una serie de leyes y resoluciones de Iskcon que pueden renovar la confianza en los líderes espirituales de la Sociedad. Tienen que ver con las propiedadesx personales de los líderes, el lugar especial de Srila Prabhupada dentro de la institución, las normas de sannyasa, la evaluación del desempeño de los líderes, etc. Sin embargo, todas estas normas están siendo ignoradas en los hechos. Y tenemos además muchas instrucciones directas de Srila Prabhupada para garantizar la credibilidad de los líderes, ¡pero también están siendo ignoradas!
Tenemos también el tema de los controles y contrapesos. Las almas autorrealizadas no los necesitan, pero sí son necesarios en una institución de aspirantes a vaisnavas. El poder es un mal necesario para organizar a una sociedad. Pero el poder corrompe, y más poder corrompe más. Es ahí donde los controles y contrapesos ayudan a limitar los abusos. Pero en Iskcon casi no existen los controles. Solo existe un poder, la GBC, que vive en simbiosis con los gurus de la institución, y además ostenta todas las facultades ejecutivas, legislativas y judiciales. Los consejos, lugartenientes y líderes locales, todos dependen totalmente de la GBC. Es un sistema medioeval perfecto para el desarrollo de abusos y excesos. Todos los controles y contrapesos que existen son los que ha aprobado la GBC. Por eso, incluso cuando se hacen las evaluaciones anuales de los GBCs nunca son objetivas.
3. ¿Es esta locura de liderazgo "espiritual" la de todo un grupo (en vez de un individuo), y ha continuado más allá de una generación política?
En ambos casos la respuesta es sí. La GBC (la Comisión de Gobierno de Iskcon), como grupo, sigue convencida que puede producir gurus en masa y de calidad "parampara", a pesar de todos indicios contrarios. Las resoluciones de la GBC de 1998 no presentan ninguna propuesta para terminar con esta locura. Incluso la carta que redactó el Comité Ejecutivo presidido por Harikesa, fechada poco antes de la caída que él experimentó, abordó todo tipo de temas, incluso los relativos a las vacas de las fincas, pero no hizo mención alguna de cómo detener esta prolongada locura. Y, como ya había mencionado, esta locura ha sobrevivido las reformas de los 1980s, que supuestamente marcaron un hito positivo en la historia de Iskcon.
Conclusión
Con base en lo expresado aquí, parece justo declarar que el sistema de gurus de Iskcon califica como una auténtica locura histórica. Aunque esto ya ha ocasionado muchas pérdidas, todavía existe la posibilidad de mejorar las cosas. ¿Existe la posibilidad de reformar el sistema de liderazgo espiritual de Iskcon para que concluya esta locura? Sí. Pero, ¿hará alguien algo al respecto? Quién sabe. Si tomamos en cuenta el letargo manifestado hasta la fecha, creo que es momento de que otros grupos dentro de Iskcon --los casados, los presidentes de templo, los hermano espirituales, los discípulos, las comunidades agrícolas, los grupos educativos, las matajis, etc.-- adopten un papel proactivo. Esta locura nos ha afectado a todos, incluyendo a los nuevos discípulos, y seguirá haciéndolo hasta que se manifiesten las mejores cualidades de liderazgo espiritual y práctico. Solo así se hará realidad el verdadero espíritu de cooperación que Srila Prabhupada nos pidió.
Notas de octubre de 2011
1
En 1998 ya habían pasado veinte años desde la desaparición de Srila Prabhupada. Y ahora han pasado trece años desde que este artículo fue escrito.
2
Cuando escribí este artículo en 1998, yo participaba en foros y grupos de Iskcon que aportaban ideas y observaciones sobre cómo mejorar el desarrollo del movimiento con base en las enseñanzas de Srila Prabhupada.
3
Por esos días se habían dado una serie de crisis que indicaban que el Movimiento tenía problemas muy severos. La más sonada de ellas fue la caída de Harikesa en medio de su mandato como presidente de la GBC. También se estaban ventilando varios casos legales importantes, relacionados con abusos a menores y los derechos de autor del BBT.
4
Por tales motivos había una actitud optimista de que dichos problemas eran un aviso de que Iskcon debía cambiar. En consecuencia se notaba el bullicio de ideas y propuestas para la transformación positiva de Iskcon.
5
Sin embargo, las fuerzas dentro de la GBC que se sentían cómodas con el sistema tal como existía, lucharon para que las cosas no cambiaran. Y en efecto, al final nada cambió.
6
Lo que vemos ahora en Latinoamérica, reseñado habitualmente en El Tambor, encaja perfectamente con los señalamientos de este artículo redactado hace trece años. La locura de liderazgo no ha cambiado para nada. La GBC sigue siendo el único poder dentro de Iskcon, a pesar de intentos por crear un sistema judicial independiente. La mecánica para ocultar y tolerar los abusos de los líderes sigue intacta.
7
Para mí lo único que ha cambiado en estos trece años es mi actitud ante esta situación. Hace trece años sentía que Iskcon podía cambiar positivamente. En la actualidad creo que Iskcon no tiene ningún remedio y es una parodia sin esperanza de lo que Srila Prabhupada quiso construir cuando vino a Occidente.
8
La mayoría de los países que eran exitosos hasta hace algunos años, en la actualidad se encuentran en un estancamiento sin remedio. Y aunque la institución tiene puntos de desarrollo, como Rusia, India, Europa Oriental, etc., eso no significa que no van a encontrarse en el mismo predicamento que los demás países en algún tiempo, provocados por la corrupción, la ambición, y el oportunismo.
India sigue teniendo un gran desarrollo. Lo mismo ocurre en sitios donde hay población de origen indio, como Inglaterra y Sudáfrica. Pero allí tenemos el fenómeno de la hinduización del movimiento, que no tiene nada que ver con el sentido original del Movimiento de Srila Prabhupada. Se podrán ver muchos templos, pero cada vez más enfocados a las necesidades tradicionales y hasta materialistas de sus agremiados. ¿Qué nos puede interesar o impresionar eso a nosotros?
9
Esta marcha de la locura no se limita a Iskcon. Podemos ver todos sus síntomas en otros grupos, como Vrinda. Y las agrupaciones formadas por vaisnavas destacados --hoy desaparecidos de este mundo-- no están exentas de esta tendencia.
10
En resumen, el puro hecho de estar afiliado a una institución "vaisnava" para sentirse seguro espiritualmente es otra locura. Haciendo a un lado las instituciones, el punto medular de la vida espiritual es acercarse a un maestro espiritual vaisnava competente, servirlo y seguir su guía y enseñanzas. No tiene que ser una superestrella ni tener la mejor campaña de publicidad. Solo tiene que ser un vaisnava digno que no haya surgido de un ambiente corrupto y manipulado, y que nos pueda presentar en los hechos sus calificaciones espirituales.
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"To do things hastily and incorrectly is not good. Anything valuable takes a little time to come into existence. Therefore there is no harm in waiting for the best thing. But everything is well that ends well: That should be the principle."
Prabhupada Letters :: 1969.
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"Hacer las cosas de afán y mal no es bueno. Algo valioso toma un poco de tiempo para llegar a existir. Por lo tanto no hay daño en esperar lo mejor. Pero si algo va bien termina bien. Ese debe ser el principio".
Cartas de Prabhupada :: 1969.