De Patadas y Metafísica
por Astika das
El reciente campeonato mundial de futbol me hizo recordar la reflexión que, sobre este deporte, hizo Anthony de Melo en El Canto del Pájaro --quizás el más popular de sus libros.
En la mencionada reflexión, el filósofo hindú-católico presenta a Cristo como espectador en un partido de futbol. En la cancha participan dos equipos, los cristianos y los protestantes. Cuando los cristianos meten gol, Cristo salta como resorte de su asiento dando muestras de júbilo. Sin embargo, cuando los protestantes meten gol Cristo no muestra tristeza, sino que vuelve a manifestar síntomas de júbilo. Considerando inexplicable la actitud de Cristo, un espectador que se hallaba a su lado le pregunta: "¿Pues tú a quién le vas?". A lo que Cristo le responde: “Yo no le voy a nadie; a mí lo que me maravilla es la habilidad de los jugadores.”
Evidentemente, la neutralidad que debería mostrar el verdadero amante del deporte no es lo que caracteriza a los torneos deportivos actuales. Los mexicanos le apuestan a los mexicanos, los españoles le apuestan a los españoles, los noruegos le apuestan a los noruegos. Esta rivalidad es un signo inequívoco de la identificación corporal. A tal grado llega a darse esa identificación corporal que el escritor polaco Capucinski hasta escribió un libro, La Guerra del Futbol, en el cual analiza cómo el fanatismo del futbol provocó la guerra entre dos países centroamericanos (El Salvador vs Honduras).
NOSOTROS NO SOMOS EL CUERPO
En El Bhagavad-gita Tal Como Es, Srila Prabhupada explica que en Kali Yuga, la era en que vivimos, la gente no es muy inteligente. Esta aparentemente incómoda y alevosa declaración se puso de manifiesto con el reciente campeonato mundial de futbol. La gente de todo el mundo pasó todo un mes enfrascada en “la caja idiota” absorta en la competencia mundialista.
En uno de sus libros, el vate argentino Jorge Luis Borges ilustra lo vulnerable de la condición humana cuando muestra que alguien, valiéndose de un ladrillo, rompe el vidrio de un aparador, y automáticamente provoca la movilización de la policía, de los vecinos, de los propietarios y de los empleados del edificio, de la prensa, y de todos los medios televisivos, etc. El reciente torneo mundial de futbol atrajo la atención del mundo entero. A mí me resultaba prácticamente inexplicable el hecho de que la TV mexicana en un canal mostraba el caudaloso río de Santa Catarina arrasando la ciudad de Monterrey, y bastaba presionar un botón para cambiar de canal, y presenciar una muchedumbre de mexicanos embelesados viendo el partido de futbol que se celebraba en Sudáfrica.
ANTONHY DE MELO Y LA FILOSOFIA DE LA INDIA
En realidad, en El Canto del Pájaro, Anthony de Melo muestra a Cristo presenciando un partido de futbol para ilustrar lo que debía ser el espíritu deportivo y reprobar el espíritu partidista del ser humano. Sin embargo, El Bhagavad-gita Tal Como Es, que representa la crema de la filosofía hindú --filosofía que Anthony de Melo rechazó para abrazar el catolicismo--, ni siquiera aprueba el esparcimiento que proporciona el espíritu deportivo, por considerar que es una patada –para utilizar los términos futbolísticos tan en boga- a la inteligencia humana.
Según la filosofía de El Bhagavad-gita Tal Como Es, de su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, nuestra verdadera identidad es espiritual. En realidad, no somos el cuerpo, somos el alma que está adentro del cuerpo, específicamente en el corazón, y de acuerdo con las actividades fruitivas que hicimos en vidas anteriores ahora tenemos cuerpo de mexicanos, de polacos, de argentinos, etc.
LA MISION DE LA VIDA HUMANA: DISTORSIONADA
La política, el deporte, la cultura, en fin todas las manifestaciones de nuestra vida están superpuestas o basadas en una premisa falsa. Esa premisa falsa consiste en hacernos creer que somos el cuerpo. La competencia mundial de futból llevó esa identificación corporal a su máxima expresión. Por ejemplo, en la primera plana de la prensa nacional apareció la foto de Miguel Gomez Mont, Director General del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, agrediendo a los futbolistas mexicanos luego de que perdieron contra Argentina. El resquemor que manifiesta Gómez Mont demuestra que la ignorancia filosófica no es patrimonio de la clase desposeída mexicana sino que es patrimonio de todos los mexicanos. Salvo honrosas excepciones, durante la contienda mundial de futbol, la mayoría de los mexicanos se embadurnaba la piel con los colores patrios, se vestía con prendas tricolores. Y eso mismo hacían los italianos y los brasileños y los españoles.
UN TAXISTA ASOMBRADO
El día que jugaron México y Uruguay, cogí un taxi cerca de la casa. El taxista me preguntó a qué equipo le iba. Y se sorprendió grandemente cuando le respondí que a Uruguay. Casi me pulverizó con la mirada. Lo tranquilicé con una mentirita piadosa: le platiqué que mi madre era uruguaya, y que yo me hallaba en el D.F. de vacaciones.
La sociedad está loca de remate. Mi maestro espiritual, Srila Prabhupada formó ISKCON (Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna, por sus siglas en inglés), con la idea de sacar de la locura a la sociedad, y para llograr dicho objetivo difundió profusamente las enseñanzas de los Vedas, específicamente El Bhagavad-gita Tal Como Es. Y durante los diez años en que él dirigió ISKCON, las cosas funcionaron a las mil maravillas, pero tan pronto como él abandonó el plano material, ISKCON cayó en el mismo juego de la sociedad materialista que estaba tratando de salvar.
EL FANATISMO DE LOS DEVOTOS
Los devotos cojean de la misma pata que los karmis. Los karmis se identifican con el equipo de balompié de su país, con el color de la piel, y con ciertos símbolos de estatus. Y esto mismo pasa con los devotos. Los devotos sólo aceptan a su guru como verdadero y rechazan como falsos a todos los demás. Además, para ellos, sólo su grupo detenta la verdad. Este fanatismo es comprensible entre los karmis, pues éstos desconocen la filosofía vaisnava, la cual propone que nuestra verdadera identidad es espiritual. Pero este fanatismo es inexplicable entre los devotos, y constituye una patada a la tradición espiritual.
Lo peor es que este fanatismo sectáreo ha sido promovido por los propios gurus y líderes de ISKCON. Cuando Srila Prabhupada vivía, todos éramos hermanos al servicio del acharya. Claro que había conflictos, pero eran menores debido a que exisitía una autoridad genuina y única.
Pero luego, los intereses personales de los acharyas, GBCs y gurus, tomaron precedencia sobre Srila Prabhupada. Y para conservar su poder, ¿qué mejor que un grupo de fanáticos que los siguan ciegamente?
El reciente campeonato mundial de futbol me hizo recordar la reflexión que, sobre este deporte, hizo Anthony de Melo en El Canto del Pájaro --quizás el más popular de sus libros.
En la mencionada reflexión, el filósofo hindú-católico presenta a Cristo como espectador en un partido de futbol. En la cancha participan dos equipos, los cristianos y los protestantes. Cuando los cristianos meten gol, Cristo salta como resorte de su asiento dando muestras de júbilo. Sin embargo, cuando los protestantes meten gol Cristo no muestra tristeza, sino que vuelve a manifestar síntomas de júbilo. Considerando inexplicable la actitud de Cristo, un espectador que se hallaba a su lado le pregunta: "¿Pues tú a quién le vas?". A lo que Cristo le responde: “Yo no le voy a nadie; a mí lo que me maravilla es la habilidad de los jugadores.”
Evidentemente, la neutralidad que debería mostrar el verdadero amante del deporte no es lo que caracteriza a los torneos deportivos actuales. Los mexicanos le apuestan a los mexicanos, los españoles le apuestan a los españoles, los noruegos le apuestan a los noruegos. Esta rivalidad es un signo inequívoco de la identificación corporal. A tal grado llega a darse esa identificación corporal que el escritor polaco Capucinski hasta escribió un libro, La Guerra del Futbol, en el cual analiza cómo el fanatismo del futbol provocó la guerra entre dos países centroamericanos (El Salvador vs Honduras).
NOSOTROS NO SOMOS EL CUERPO
En El Bhagavad-gita Tal Como Es, Srila Prabhupada explica que en Kali Yuga, la era en que vivimos, la gente no es muy inteligente. Esta aparentemente incómoda y alevosa declaración se puso de manifiesto con el reciente campeonato mundial de futbol. La gente de todo el mundo pasó todo un mes enfrascada en “la caja idiota” absorta en la competencia mundialista.
En uno de sus libros, el vate argentino Jorge Luis Borges ilustra lo vulnerable de la condición humana cuando muestra que alguien, valiéndose de un ladrillo, rompe el vidrio de un aparador, y automáticamente provoca la movilización de la policía, de los vecinos, de los propietarios y de los empleados del edificio, de la prensa, y de todos los medios televisivos, etc. El reciente torneo mundial de futbol atrajo la atención del mundo entero. A mí me resultaba prácticamente inexplicable el hecho de que la TV mexicana en un canal mostraba el caudaloso río de Santa Catarina arrasando la ciudad de Monterrey, y bastaba presionar un botón para cambiar de canal, y presenciar una muchedumbre de mexicanos embelesados viendo el partido de futbol que se celebraba en Sudáfrica.
ANTONHY DE MELO Y LA FILOSOFIA DE LA INDIA
En realidad, en El Canto del Pájaro, Anthony de Melo muestra a Cristo presenciando un partido de futbol para ilustrar lo que debía ser el espíritu deportivo y reprobar el espíritu partidista del ser humano. Sin embargo, El Bhagavad-gita Tal Como Es, que representa la crema de la filosofía hindú --filosofía que Anthony de Melo rechazó para abrazar el catolicismo--, ni siquiera aprueba el esparcimiento que proporciona el espíritu deportivo, por considerar que es una patada –para utilizar los términos futbolísticos tan en boga- a la inteligencia humana.
Según la filosofía de El Bhagavad-gita Tal Como Es, de su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, nuestra verdadera identidad es espiritual. En realidad, no somos el cuerpo, somos el alma que está adentro del cuerpo, específicamente en el corazón, y de acuerdo con las actividades fruitivas que hicimos en vidas anteriores ahora tenemos cuerpo de mexicanos, de polacos, de argentinos, etc.
LA MISION DE LA VIDA HUMANA: DISTORSIONADA
La política, el deporte, la cultura, en fin todas las manifestaciones de nuestra vida están superpuestas o basadas en una premisa falsa. Esa premisa falsa consiste en hacernos creer que somos el cuerpo. La competencia mundial de futból llevó esa identificación corporal a su máxima expresión. Por ejemplo, en la primera plana de la prensa nacional apareció la foto de Miguel Gomez Mont, Director General del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, agrediendo a los futbolistas mexicanos luego de que perdieron contra Argentina. El resquemor que manifiesta Gómez Mont demuestra que la ignorancia filosófica no es patrimonio de la clase desposeída mexicana sino que es patrimonio de todos los mexicanos. Salvo honrosas excepciones, durante la contienda mundial de futbol, la mayoría de los mexicanos se embadurnaba la piel con los colores patrios, se vestía con prendas tricolores. Y eso mismo hacían los italianos y los brasileños y los españoles.
UN TAXISTA ASOMBRADO
El día que jugaron México y Uruguay, cogí un taxi cerca de la casa. El taxista me preguntó a qué equipo le iba. Y se sorprendió grandemente cuando le respondí que a Uruguay. Casi me pulverizó con la mirada. Lo tranquilicé con una mentirita piadosa: le platiqué que mi madre era uruguaya, y que yo me hallaba en el D.F. de vacaciones.
La sociedad está loca de remate. Mi maestro espiritual, Srila Prabhupada formó ISKCON (Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna, por sus siglas en inglés), con la idea de sacar de la locura a la sociedad, y para llograr dicho objetivo difundió profusamente las enseñanzas de los Vedas, específicamente El Bhagavad-gita Tal Como Es. Y durante los diez años en que él dirigió ISKCON, las cosas funcionaron a las mil maravillas, pero tan pronto como él abandonó el plano material, ISKCON cayó en el mismo juego de la sociedad materialista que estaba tratando de salvar.
EL FANATISMO DE LOS DEVOTOS
Los devotos cojean de la misma pata que los karmis. Los karmis se identifican con el equipo de balompié de su país, con el color de la piel, y con ciertos símbolos de estatus. Y esto mismo pasa con los devotos. Los devotos sólo aceptan a su guru como verdadero y rechazan como falsos a todos los demás. Además, para ellos, sólo su grupo detenta la verdad. Este fanatismo es comprensible entre los karmis, pues éstos desconocen la filosofía vaisnava, la cual propone que nuestra verdadera identidad es espiritual. Pero este fanatismo es inexplicable entre los devotos, y constituye una patada a la tradición espiritual.
Lo peor es que este fanatismo sectáreo ha sido promovido por los propios gurus y líderes de ISKCON. Cuando Srila Prabhupada vivía, todos éramos hermanos al servicio del acharya. Claro que había conflictos, pero eran menores debido a que exisitía una autoridad genuina y única.
Pero luego, los intereses personales de los acharyas, GBCs y gurus, tomaron precedencia sobre Srila Prabhupada. Y para conservar su poder, ¿qué mejor que un grupo de fanáticos que los siguan ciegamente?
Hare Krishna!
ResponderExcluirTodas las Glorias para Srila Prabhupada!
No hay nada peor que hacerse pasar por espiritualista y al mismo tiempo ser condicionado
a un montón de cosas relacionadas con el cuerpo material.
La verdad que en el movimiento actual de la ISKCON las cosas se cambiaron mucho hasta el punto de la identificacion con el país y el cuerpo material ,y le tenemos que agregar todavia un condicionamiento a mas, que es el de ser de tal y tal guru , colocando em sus nombres las siglas.
Ni los Karmis se identifican tanto hasta ese grado.