El mono empalado 7

Y Drescher prosiguió:
"Lo mas extraño de todo esto es todas las veces que intentamos liquidarlo, él profería aquel horrible sonido. Yo no me percataba de lo que estaba ocurriendo hasta mucho después . Era su karma lo que se manifestaba. Estaba pasando por todas sus vidas animales. Tu habrás oído hablar de ello. Juro que había osos, tigres, camellos todos los animales que pudieras imaginar."
Nick y Drescher caminaron por la carretera durante una hora. Drescher siguió hablando del asesinato. No podía parar. Cuando Nick no pudo aguantar mas dijo que tenia que volver a la clínica.
Cuando se disponía a irse, Drescher poniéndole la mano en la espalda le dijo: "No hay necesidad de decirtielo: no comentas nada con nadie."
Nick se limitó a asentir, luego subió en su coche y desapareció. Sus manos le temblaban tanto que apenas si le permitían conducir. Estaba convencido de que Drescher era capaz de matarlo también a él, si hiciera falta y describiría su muerte de forma tan banal como lo hizo con la de St. Denis.
Debra, por su parte, se pasó el día entero llamando a todos los nombres que figuraban en la agenda de Chuck, pero nadie sabia nada de él. Esa noche se fue hasta la Comisaria de Policia e hizo una declaración de perdida de persona. Le preguntó también al agente de policía si su departamento contaba con un servicio de helicópteros.
"Por supuesto que si, pero no veo razón alguna para que haya que usarlo en este caso."
Debra estaba persuadida de que en lugar de dirigirse donde Reid, Chuck debió irse a dar una vuelta. A el le gustó siempre subir por las colinas, empujar el furgón hasta las altas crestas para dejarlo luego bajar en punto puerto por los angostos carriles. De vuelta a casa, ha debido quedarse dormido y se habría despeñado por algún barranco. Le ranchera debería aparecer sin duda en el fondo de algún desfiladero, con Chuck dentro.
Si pudiera conseguir un helicóptero podría sobrevolar las colinas y seguramente que lo encontrarían. Es por eso que después de haber rellenado el formulario denunciando la perdida. Debra se fue donde Cleavers y le habló del asunto a Kurt y Janet. Kurt buscó en las Paginas Amarillas e hizo varias llamadas. Entre todos recaudaron un dinero y alquilaron un aparato.
Al día siguiente, muy temprano, Kurt y Debra se pasaron mas de una hora en el aire, sobrevolando toda la comuna y las colinas adyacentes. Era un hermoso espectáculo ver desde allí arriba aquellos espesos bosques verdes, rodeados por granjas marrones y verdes.Pero no hallaron ni el menor rastro de la ranchera que se distinguía perfectamente por sus parachoques negros. Pero Debra no estaba dispuesta a tirar la toalla.
Una vez pagado el piloto, le pidió a Kurt que la llevara a casa de un amigo de Chuck que todos conocían con el nombre de "Big John" o "John el Ateniense." Llevaba dos días llamándolo pero este no respondía. Llamaron pues a la puerta de Big John que viva en Bridgeport. Antes de abrir la puerta, su mujer se asomó por la mirilla y pregunto quienes eran. Debra se identificó y enseguida apareció el Big Joh subiendo del sótano. Escuchó atentamente el relato y luego su mujer comentó: "Este asunto me huele raro." Si que resulta extraño, añadió Big John. Precisamente he visto la camioneta de Chuck aparcada frente al edificio nos estábamos preguntando que es lo que se le había perdido por aquí."
La llaves del coche estaban puestas y su cuaderno de contabilidad se encontraba en la guantera, también había una botella de cerveza a medio beber. Debra llamó otra vez a la policía pero estos le respondieron que dado que el coche se encontraba en el estado de Ohio, no era de su competencia. Debra llamó entonces a la policía local, quien finalmente les prometieron mandar un agente. Lo esperaron pues en medio de la calle. Se trataba de una persona de cierta edad y la verdad es que si alguna vez mostró entusiasmo por su trabajo, ahora lo disimulaba a la perfección. Estuvo menos de 20 mn rellenando los formularios de rigor y dejando el coche precintado e inmobilizado. Luego se montó en su coche y se fue.
"Tengo la impresión de que la policía no va a mover un dedo en este asunto." Debra comentó con Kurt, mientras regresaban a casa.
Cleaver asintió con la cabeza. Luego, ambos guardaron silencio un buen rato.
  ¿Porque no contactamos al policía que viene siempre haciendo preguntas por aquí? Si, ese del bigote grande que anda siempre indagando donde va y viene la gente. Tal vez el sepa donde se encuentra Chakradara? 

El sargento Tom Westall aparcó su Ford Cruiser detrás del muro medio en ruinas del juzgado y se dirigió a las oficinas del del Sherif del condado. "Ha llegado un teletipo para ti, gritó el oficial, se esta convirtiendo en un ritual que los "Hairy Kritters." Te lo dejo en tu mesa."
Tom Westfal tiene un estómago que amenazaba de reventarle el uniforme y contaba con una disposición juerguista y amable que escondía una mentalidad analítica y un ferviente deseo de descubrir siempre la verdad. Tenia el aspecto clásico de un shérif de la America profunda, el típico "jefe de policía d econdado" tan aburrido que se habia olvidado incluso de que esta tremendamente aburrido, se ha olvidado incluso que es un policía.
Era hijo de un contratista importante, que como muchos críos de su generación se crió con un odio innato hacia los policias. Pero no se trataba del clásico delincuente que se rebelaba contra la autoridad. No. Westfall odiaba a la policía porque eran todos unos corruptos. Los había visto mil veces conduciendo sus brillantes 4x4 por carreteras solitarias llevando mujeres en el asiento delantero y también los había visto en la parte trasera de los restaurantes que en muchos casos no era otra cosa  que centros de juegos, estrictamente ilegal, y también los había visto bebiendo alcohol en los bares , en pleno día y estando además de servicio.
En 1967 se alisto en el Ejercito y le prometieron cuando entró que iría a las oficinas, pero terminó en Policia Militar en Okinawa, un puesto realmente indeseable ya que por aquel entonces los estudiantes japoneses protestaban contra la presencia de los americanos con varas de bambú, tirando cocteles Molotov, mientras que los Marines procedentes de Vietnam celebraban el estar vivos vestido con harapos.
Cuando se liberó de la mili, Westfall se enroló en el West Liberty College y trabajó en una tienda mientras esperaba algo mejor. Sus vecinos lo convencieron de que la policía nunca mejoraría su honorabilidad hasta que la gente honesta se hicieran policía.
Cuando Westfall vistió el uniforme en 1971 era justo cuando los Krsihnas empezaban a hacerse visibles. Los otros miembros del pequeño departamento de policía no querían saber nada de ellos y pretendían incluso ignorarlos. Westfall era el único que los observaba ir y venir por Nueva Vrndavan y se mostró curioso desde el principio:¿Quienes eran esa gente? ¿De donde vienen? ¿Porque han elegido una religión tan exótica? Dejó que los devotos le vendieran un par de libros y los leyó incluso. Los Krsihnas eras en verdad inofensivos, fue su conclusión, hasta que empezó a pedir permisos de conducción. Dado que muchos devotos de origen caucasiano con nombres hindues tenian dificultas en contratar pólizas de seguros, la mayoría de ellos se veian obligados a usar sus nombres occidentales ( nombres de karmi). Cuando Westfall descifraba nombres de sus carnet de conducir los introducía en los ordenadores del FBI y se sorprendía el gran numero de ellos que habían tenido antecedentes penales. ¿Como podría ser tal cosa? ¿Que podría estar ocurriendo en aquella comuna? Y decidió entonces observarlos mas de cerca. Todos los sábados se daba una vuelta con su moto de polizonte. Cuando encontraba a un devoto se paraba a charlar con el. Se cuidaba mucho de no juzgar a nadie y no se implicaba en grandes argumentos. La mayoría de los agentes se ponían a predicarle a los devotos, pero Westfall los escuchaba y los hacia sentir que lo que explicaban tenia sentido. Los domingos se sentaba frente a la televisión y se pasaba el día mirando sus programas favoritos. Tenia la costumbre de anotarlo todo en un cuadernillo que llevaba siempre consigo. Era una costumbre que adquirió cuando servía en el ejercito y que le dio siempre grandes resultados cuando había que identificar a los desertores. En cuanto que algún padre llamaba intentando localizar a sus hijos desaparecidos y aparecía la noticia en un teletipo, ahí estaba Westfall que se presentaba de inmediato en la comuna. Eso hizo que se convirtiera en el "sherif" de los "Krishnas", tanto entre sus colegas del departamento policial como entre los mismos devotos. Cuando Kuladri el presidente de Nueva Vrndavan quería orientar a algún devoto recién llegado le decía: "Esta carretera te lleva hasta la casa del swazi, poco mas adelante encontraras una tienda de provisiones, 500 metros mas adelante podrás repostar gasolina y allí veras a un tipo en uniforme, ese es el policía. El lleva el recuento de la comuna mucho mejor que nosotros"
Con el transcurso de los años las pesquisas de otros departamentos de policía se volvieron cada vez mas frecuentes y mas serias también. Los chequeos rutinarios y tolerantes de los carnets de conducir se convirtieron en multas en toda regla a medida que el inocente "sankirtan" que en origen no tenia otro motivo que el de propagar la fe y colectar dinero se convirtió en "scamkirtan" (estafa-kirtan). Westfall llegó a saber que en 1979 los devotos habían seguido el tour del Papa por todo el país vendiendo adhesivos y proclamando que estaban colectando para asociaciones caritativas católicas. En Navidades, se disfrazan de Santa Claus y colectan por las calles comerciales. Él redactó muchos informes como estos.
De manera que no se sintió para nada sorprendido cuando llegó a su despacho y se encontró con un nuevo teletipo pidiendo información sobre sankirtan. Este procedía de una pequeña ciudad de Connecticut. Westfall lo leyó, descolgó el teléfono y llamó al jefe de policía. "Esos Hare Krishnas ¿están autorizados? le preguntó a su jefe.
"Eso depende, si te refieres a la religión tengo que decir que si. Se trata de una rama del hinduismo que surgió en India hace cientos de años. Si te refieres a la colecta del dinero, no puedo decir lo mismo."
¿Tienen algo que ver con una organización de veteranos del Vietnam? Le preguntó su jefe. "Nada, en absoluto"., respondió Westfall. "Me alegro de escuchar eso, dijo el jefe. Por aquí se dice que están colectando fondos para los veteranos del Vietnam. Digamos que algunos de esos chicos se han pasado."
En ese momento sonó el telefono. Era Debra Gere.
"Mi marido ha ido" Parecia bastante nerviosa e incoherente "¿Que quiere usted decir con "se ha ido"? Preguntó westfall. "En principio iba a visitar a un amigo llamado Dan Reid y desapareció sin dejar rastro." Se rumorea por todo el lugar que  Reid junto con otro devoto llamado Drescher lo han matado."
El policía le pidió que viniera a verlo inmediatamente. No necesitaba que Debra le explicara quien era St. Denis o Drescher. Conocia a ambos. Abrió pues el armario donde archivaba sus documentos sobre los Krishnas y sacó dos carpetas. Una era la de Drescher y la otra la de St. Denis. Él sabia que St. Denis era un traficante de marijuana y que Drescher era el matón de la comunidad. Él mismo había fichado a este ultimo el día que lo vio conducir el autobús. Con el collar de Krshna al cuello era lo mas parecido a un pit bull antes de atacar. Westfall deposito las carpetas en su mesa y empezó a hojearlas. "Estamos pues ante un asesinato", pensó. Abrió uno de los cajones de su despacho y sacó el libro de Prabhupada de 900 pag, Bhagavad Gita. Mientras esperaba que llegase Debra fue divagando a través de sus paginas. Estaba francamente perplejo: "¿Como es posible que una religión que se supone que debería salvar a alguien como St. Denis, termina destruyendo"? ¿Como han podido los Krishnas terminar estafando y vendiendo drogas? Y lo que es mas ¿ Como es posible que gente que empezaron buscando una vida espiritual terminen comportándose como estafadores y vulgares criminales?"

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